Enamorarse de las tradiciones y velar por ellas es una acción que requiere tiempo, sacrificios y mucho amor por lo que significan. Es esta la fuerza que impulsa a personas como el profesor Julio Rolando Mérida Tello a dedicar gran parte de su vida a una de las tradiciones más famosas de Chiantla: La obra teatral sobre la pasión de Cristo, que se presenta durante la semana santa.
Su participación en esta tradicional obra teatral, se remonta a su adolescencia, contando con 12 años cuando se integra. Fueron varios papeles los que realizó, centurión romano, apóstol, etc. Vivir la época de la cuaresma, siempre representó para él y muchas otras personas, quizá las más linda época del año. Los ensayos y la preparación de la obra, contribuyeron a fortalecer los lazos familiares y de amistad con quienes compartían la tarea de mantener esta naciente tradición, los socios del Club Entusiasta Cuchumateco, organización que lleva ya 60 años presentándose a partir de cada miércoles santo y concluyendo al medio día del viernes santo.
Sin duda alguna, su paso por el CEC, ha dejado una huella profunda e imborrable en su vida. Anécdotas, satisfacciones y hasta el sobrenombre (apodo), se lo debe a la tradicional obra de la pasión de nuestro señor Jesucristo. Y es que en una oportunidad, cuando interpretaba el papel de apóstol, al anunciar Jesús, que uno de los presentes en la última cena, lo entregaría a los romanos, tenía que indicar la única línea de aquel papel: “¿seré yo, Rabí?”. Definitivamente, presentarse en vivo representa un desafío que no deja lugar a equivocaciones. Y eso le sucedió precisamente, pues resuelto con micrófono en mano contesto: “¿seré yo, rabo?”. Por supuesto que el incidente no pasó inadvertido y a la par de las risas de quienes ponían atención al acto, vino el sobrenombre que hasta la fecha lo identifica: Julio “rabo”.
Hoy ya no participa como actor en la obra, pero juega un papel quizá más importante, es el presidente del CEC y máximo responsable de la obra. Ese rol, hace que tenga que ser el primero en llegar a las actividades y el último en retirarse. Estar al pendiente de los detalles, buscar los recursos para provisionar los materiales que se utilizan y coordinar el trabajo de más de 100 personas, entre actores, directores de escena, personal de sonido y auxiliares que ayudan en toda la presentación. Una tarea difícil y agotadora pero que se desarrolla con pasión y dedicación cuando se ama lo que se hace. Y vaya si no demanda un fuerte liderazgo y la humildad necesaria para tratar con diversas personalidades dentro de una organización de esta naturaleza.
Indudablemente en la memoria colectiva de quienes crecimos en Chiantla, están las imágenes de la singular obra teatral que se presenta cada semana santa, algunos incluso formaron parte de ella. Esta vez, reconocemos ese trabajo de quienes invierten su tiempo para mantener vivas estas tradiciones que forman ya parte importante de la cultura chiantleca.
Giovani López
Que bueno primo Rabo. Te le mereces. Felicitaciones