Parodia del Gobierno Patriota

No se puede más que calificar de parodia una gestión desastrosa para el país.

Si creímos que tocamos fondo con los gobiernos anteriores, estábamos muy pero muy equivocados. Los militares nos volvieron a demostrar que en temas de destrucción, corrupción y cinismo, no hay poder humano que pueda vencerles o al menos detenerles en esta carrera por destruir un país, que se mantiene en pie únicamente por algún milagro que no logramos aún comprender.

El Frankenstein que la oligarquía chapina creo junto a la CIA allá en los años 50, se les salió de control y hoy representa una clara competencia a la mafia organizada que dirige este país. Me refiero a la cúpula por si mismos llamada empresarial e industrial, que de empresarios o de industriales tienen tanto como yo de explorador espacial, puede más certeramente calificarse simplemente de mafia organizada, saqueadores que con fusil en mano, iniciaron un robo descarado durante la reforma “liberal”, los historiadores más conservadores calculan en 2 millones de acres de tierra “robadas”, para crear sus nuevas finquitas de café, algodón y de paso formar la United Fruit Company esa que se veía y aun ve, a nuestros paisitos como puras finquitas bananeras llenas de mano de obra prácticamente gratis.

Lo que no previeron, fue que hacer con el monstruo represivo llamado ejército de Guatemala, luego de una virtual victoria y aniquilamiento del enemigo, o como sucedió, al momento de firmar la paz. Menudo problema, unos formaron pequeñas mafias. Otros formaron partidos políticos, todavía está fresca la imagen haciendo campaña política Otto Pérez el general que combatió en el triángulo Ixil en plena guerra interna y Ricardo Castillo, prominente miembro de la oligarquía tradicional guatemalteca, una imagen que habla y mucho sobre lo poco o nada que ha cambiado la Guatemala del siglo XIX en pleno siglo XXI.

Pero ahora la propia subsistencia del modelo económico tradicional está en juego, esas pequeñas mafias se han transformado en grandes consorcios desde que el tráfico de drogas, una variable fuera de la ecuación en tiempos de guerra sucia, hizo su aparición. El caso de Byron Lima, el capitán acusado del asesinato de Monseñor Gerardi, devela la película de horror que nos toca vivir a los guatemaltecos. Sus acusaciones son gravísimas, el autoproclamado “anticomunista 100%” no se ha medido cuando ha declarado que se ha reunido con miembros de las 12 familias poderosas de este país, con quienes ha realizado negocios según él, que clama porque la Cicig salga de inmediato y que en su playera se coloca la frase “Gobierno Narcotumbador”, nos pone en perspectiva lo que sucede cuando el país es tomado por asalto por las fuerzas oscuras del imperio.

La patria del criollo desaparecerá muy pronto y esa estabilidad animada por la inanición de un pueblo que se silencia para sobrevivir dará paso a un escenario apocalíptico del cual los dueños de la finca serán también víctimas, porque igual que en la novela de Mary Shelley, el monstruo que han creado esta fuera de control. Ojala y no sea una exageración la nuestra y que simplemente los patojos graduados de la Escuela de las Américas en el Fort  Benning en Georgia, estén buscando una alternativa para estar ocupados en tiempos de paz… Dios salve a Guatemala.

Giovani López

 

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*