En el “ talbin “ ( agua que se bebe ), así se le llamo ayer a la Chiantla vieja, al descansar aquella pequeña población hace ya 400 años, en las faldas de los montes Cuchumatanes, junto al despertar del nacimiento que alguna vez fue un grande y cristalino rio Selegua, en donde los dioses del Shacash se inclinaban reverentemente, a saciar su eterna sed con el Agua que se Bebe, ahí los sorprendió el milagro de los siglos, envuelta en nubes blancas con resplandores de oro y plata, el destello iluminado de los cielos, y coros angelicales; bajo del infinito la Madre de Jesús, La Candelaria de la Chiantla vieja ,( hoy Aldea el Pino, donde vieron la luz de vida mis bisabuelos paternos), la Candelaria de la Chiantla de hoy, la Virgen de Candelaria, maravillosa Virgen vestida de plata, extraída esa plata y como ofrenda, a su milagro de convivir con nosotros, de las entrañas de las minas de Torlon.
Es la Reyna del pueblo, que los Chiantlecos veneran por los siglos de los siglos, y con gusto, respeto y algarabía del 28 de enero al 02 de febrero se le celebra su feria patronal; se lee el bando público en las esquinas, se anuncia la festividad, limpia luce la ciudad y se escucha allá a lo lejos el tropel de los muletos, los gritos del harriero y el mugir del ganado, que se apresta a los potreros del calvario, de chuscaj y buenos aires, vinieron las partidas de muchas partes, de la costa, del oriente, de Zacapa, el Salvador Honduras y Chiquimula , de Chiapas y más allá. El bullicio en la plaza de bestias, al pasar entre la gente los jinetes arrendando un buen caballo de sangre árabe o anda luz, un chancoleño colorado , prieto o alazán, el reparo y el relincho, de las bestias ya vendidas, los gritos del todo santero, Quichelenses, del san Juanero, Aguacateca, el Solomero, el marqués, y otros muchos más, con su carta de venta en mano satisfechos del mercar un muleto o un potrillo, entre los gritos, el polvo, el estiércol, las aguas gaseosas los bocadillos sabrosos, los tragos “ legales” y clandestinos, los sustos y brincos con los toros bravos en la plaza de los llanos de (tachiken) hoy buenos aires, y al final , un ron venado con su raja de limón y sal negra en la cantina de tía chayo en la esquina del crucero .- Ya la feria se inaugura lo dice en voz alta desde el palacio municipal su primera autoridad, y se inicia con el convite, el desfile de gracejos, con su banda musical, todo un pueblo disfrazado, van de santos y de diablos, de políticos , de pastores evangélicos, de generales ,alcaldes, síndicos, regidores y de curas, todos bailan , los enanos, los payasos, los artistas, los ositos y las ardillas, los gigantes españoles con sus grandes ojos negros, con aretes y con su pelo recogido las mujeres de peineta de gitana, es la danza es la burla, son las ganas de un pueblo de bailar, y entre gozos y grandes carcajadas al viento sus penas disipar: El cordón de cuatro filas de devotos peregrinos, desde el atrio de la iglesia se extiende la larga columna 300 o 400 metros más abajo de la casa de los coboshes, van cantando himnos a su virgen, con candelas encendidas, sendas cestas con frutas , flores bellas y olorosas, y en sus rostros la alegría de un milagro, o la mueca de una súplica, de una pena o un dolor, son por miles hombres, niños mujeres y ancianos, de remotos pueblos y ciudades, centroamericanos, mexicanos y extranjeros, con la fe de su “manda” su devoción , su esperanza., Lentamente camina la gente, ya en la puerta de la iglesia, se inclinan, se hincan, se arrodillan, sus rezos son más profundos, su devoción sublime y marchan con lágrimas y gozo al encuentro de su Madre, La Santísima e Inmaculada Mariana, La Virgen de Candelaria, la Madre de Jesús, el recinto, el templo vuele a Dios, es olor a milagro, es copal de Hixtahuacan, incienso, velas de muchos adornos tamaños y colores, el sabroso olor a flores, y su cielo iluminado día y noche por millares de bombas y cohetes de vara, que anuncian respeto y alegría; serena, allá en su eterno camarín, vestida toda de plata y adornada su corona de Reyna, de rubís, perlas, diamantes y esmeraldas la patrona del universo, la virgen milagrosa de Candelaria la madre de los chiantlecos, con su mirar profundo y sus manos extendidas, misericordiosas, bendice con amor a su pueblo y a sus amados visitantes, seguirán los rezos y las misas las horas y los días del 28 de enero al 2 de febrero de todas las fiestas de todos los tiempos y los siglos, los cofrades , los indios Aguacatecas, Mames, Canjobales y Jacaltecas, lloraran eternamente junto al canto ancestral del pito, tun y chirimilla en el atrio de su templo, en su regazo en su fe;…
Las chinamas están puestas , y un pueblo alborotado, compartiendo con amigos, familiares y fuereños, la alegría el gozo de la feria, están las ventas de las roscas, las manillas, mazapán, alborotos y algodones de colores, alfeñiques y rosarios de tuza adornados con pinturas , las melcochas, y el famoso maguey dulce de la aldea la labor, las bocinas a todo volumen del chocomilk vitaminado y la hora del aficionado, los gritos de la rueda de chicago, la rueda de caballitos de don Zein Cartagena, el palo encebado, y los hombres voladores, la emocionante y eterna lotería de don Tonito , con sus voceadores , mingo chorizo, chonito cano “me voy pa mázate”, y mi compadre Cricerio,” la bandera de Alvarado verde blanco y colorado, LOTERIA”; lloran las marimbas made in Sta. Eulalia en lo alto del antiguo kiosco del parque viejo, los sones, cuando el indio muere, la víbora cascabel, el son del muerto, no dejan de tocar;.. Ropa nueva , avioncitos, marimbitas, caballitos, y payasos trapecistas de madera, cinchos, gorras , sombreros, jícaras, jarros ollas y cantaros de barro, trastos de peltre, vasos de cristal y juegos de china y botón, lazos, gamarras, mantillones frenos y monturas, caites de cuero, productos de cobre, plata y anillos elaborados por artesanos locales; Sabrosa la comida de las cocinas enramadas , tortillitas hechas a mano por mujeres artesanas de chuscaj estas tortillas con su pancita abultada, el pulique, el caldo de chompipe o de gallina criolla, estofado, el delicioso jocon con costillita de coche, papitas hervidas en olla de barro con su chirmolito de chile cobanero cargado de tomate colorado, un caldaso bien caliente de carnero cuchumateco con su manojo de sabrosa yerba buena, tamales huehuetecos, garnachas, churros, y la chuchera pelo largo del segundo carrizal, un buen trago y un vaso de café. Cantinas improvisadas, haciéndole competencia, a tía tola, a tía cayita, Doña Gudelia, la de doña nova, la de doña Rutila, la tablazón de Virginia, la taca, la Bambi de Manuel, aquí me quedo de luche merida, la de don Rodrigo Alva , y la cusha “desleal” y clandestina, de doña Elena, la Aurita y doña Nela, Pina de la lagunita y doña Ofelia de la parroquia, ya las noches de parranda, la famosa zarabanda, donde daban las “choleras”, trabajadoras domésticas, rienda suelta a su alegría, en un baile amontonado, el olor a vaselina solida o brillantina, a sudor de sobacos y otras partes, a jabón de coche de china-ca o Palmolive, y entre brincos y retozos al compás de las notas de una marimba sencilla de los Merida, se disipaban las penas se gozaba, se era feliz, mientras tanto el propietario rentaba el entretenimiento pasando un lazo en el cuello de cada bailante pareja cobrando los cinco centavos por la pieza ejecutada, contentos los aldeanos y los muchachos del pueblo; y repletos de paisanos , y de muchos visitantes, los salones engalanados buenos aires y el Victoria, compitiendo las famosas marimbas, la Kaibil de don Tabo del valle, o la voz de los Cuchumatanes, de don Efraín Granados, rompiendo la parranda, en calidad de avanzada , Don Gabino y Doña Roselia, Don Angelito Tello y Doña Thelma, Doña Albertina y Mingo, al compás de melodías selectas ; Conozco a los dos, luna de Xelaju, celajes Quichelenses, mi Chiantlequita de Manuelaso Rodríguez, Chiantla en feria de Pio Cano y muchas más , para complacencia de los bailantes y alegría de los mirones, cuatro veladas selectas, de historias y regocijo, cuatro noches de baile en esos salones de ayer, donde sin duda muchas historias de amor se escribieron, y muchos recuerdos se añoran en uno y más de un querer. Murieron los ocho días tan rápido como vinieron, enrollaron sus chamarras y cobijas de patios y corredores donde les dieron posada, se fue la gente feliz a sus lugares de origen, llevando siempre en la sien, la bendición de la virgen y quedaron ya por las calles de mi Chiantla encantadora, la basura, borracheras, desveladas, la cruda, la goma, ya las ultimas que parten sacudiendo su arrugado petate, son las muchachas alegres lo “prohibido”, “el pecado” el amor ;… dejando la feria en si, un ambiente de paz, de recuerdos y esperanza, para una Chiantla mejor…Así era mi pueblo de ayer, ase ya muchos años , lo recuerdo con tristeza y una amarga nostalgia, hoy estoy parado aquí en este 2,017, con el mostachón canoso, y aquella mirada senil, perdida en mis recuerdos, viviendo mis siete décadas , acompañado de mi familia, mi mujer, de mis hijos y yernos, de mis siete nietos, y encuentro a mi feria añorada, de mi Chiantla sin igual, sin sus partidas de muletos y vacas, sin sus ruedas de caballitos tiradas al empujón, la lotería murió igual que muchos recordados amigos, aquellas noches de zarabanda y marimbas en elegantes salones parece que se acabaron, el sabor de la gente ya para mí no es igual, no me parecen paisanos, ni Chantlecos de buena casta y de hueso colorado, o acaso son de otra parte,? espero equivocarme, pero hasta el sabor del trago es otro, y el agua me parece más escasa y un poquito menos fria, que carajo, Salud.
“Hay veces que el pato nade, y hay veces que ni agua prevé “
( frase dictada por mi amigo El Viejo Antonio Jiménez en su rancho de palo pique y pajon de la helada cañada de la Botija en los altos Cuchumatanes, por los años 1,974.).-
Sacopolaj enero/018. Walfre Figueroa Mont.
“donde se juntan las aguas blancas “.
(siempre en algunos mis escritos, cuento con la colaboración en detalles, de mi consorte Chavelita, lo cual se lo agradezco).-
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