La deshumanización a lo que ha llegado la sociedad guatemalteca es alarmante. En un acto de crueldad sin igual, autollamados “patrulleros de la terminal”, comerciantes del mercado de la terminal en Huehuetenango, atacaron a un niño acusándolo de robarse un plato de comida.
Hay que estar desquiciado para realizar semejante acto de barbarie. Así es, el estado de Guatemala dirigido por verdaderos fascistas, corruptos y criminales de todo tipo, han realizado toda una campaña de criminalización de la pobreza, al extremo de acusar a las niñas que murieron “quemadas” en el hogar seguro Virgen de la Asunción, por las autoridades que debían protegerlas en complicidad directa de la Policía Nacional Civil, de ser pandilleras. No se les olvide que quien tiene el mando directo de los hogares “seguros” es el presidente de la Republica. Y si, el hecho real es que fueron asesinadas casualmente cuando estaban realizando denuncias serias sobre abusos sexuales a menores dentro de las casas donde estaban recluidas, que se puede esperar entonces de estos autodenominados “justicieros” que incluso llevan el nombre dado a las otrora fuerzas paramilitares fascistas acusadas de graves delitos de lesa humanidad, al ver a un niño robarse un plato de comida.
La cobardía es un factor común de estos grupos criminales. Actúan en grupo y siempre contra personas vulnerables incapaces de defenderse. En este caso un niño, casi paralizado por el hambre, sufre una agresión de varios adultos.
Este acto debe ser castigado de manera ejemplar, no es posible tolerar esta violencia injustificada contra un infante. Esperamos y demandamos la inmediata intervención del MP en este caso, las fuerzas de seguridad deben responder también debido a que no intervinieron en un acto que prácticamente fue público. Todos deben ser castigados de manera ejemplar y soportar todo el peso de la ley.
Giovani López
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